¿Qué es el contenido de microaprendizaje?
Imagínate que te has comprado una planta y ahora te toca cuidarla. ¿Por dónde empiezas? Tienes claro que las plantas necesitan agua para vivir, pero no sabes exactamente cuánta necesita esa especie en concreto. Así que entras en Google y buscas el nombre de la planta para saber qué cuidados necesita. Seguramente no te apuntarás a un curso de botánica para averiguarlo. Dicho de otra forma, lo más probable es que vayas directo al contenido de microaprendizaje.
Así pues, ¿qué es el microaprendizaje y cuáles son sus ventajas?
El microaprendizaje es contenido de aprendizaje que se imparte en pequeñas dosis, es decir, fragmentos de información muy específica en lugar de exposiciones más amplias. Puede darse en formatos muy variados, como vídeos explicativos, archivos PDF, cursos e infografías. El denominador común es que todos estos tipos de contenido son breves y concisos. De esta forma, el usuario adquiere los conocimientos de forma rápida y precisa.
Y cuando sea el momento de ponerte en marcha, justo debajo tienes las características clave de un buen contenido de microaprendizaje. Úsalas como guía para crear tu propio material.
Creación de contenido de microaprendizaje en seis pasos
Si ya lo tienes todo a punto, no pierdas de vista estos consejos sobre cómo crear contenido de microaprendizaje eficaz.
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Conoce a tus estudiantes
El primer paso para crear contenido de microaprendizaje es definir el público objetivo y entender sus necesidades. ¿A cuáles de tus compañeros o equipos les resultará útil tu contenido? Hazte las preguntas pertinentes para determinar el enfoque que darás al curso. Por ejemplo, ¿qué aspectos de la materia conocen o desconocen los estudiantes? ¿Se les da bien la tecnología? ¿Prefieren aprender sobre la marcha (con el móvil, por ejemplo)? Dar respuesta a estas preguntas te ayudará a adaptar el contenido de microaprendizaje a las necesidades específicas de los estudiantes.
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Determina el resultado del aprendizaje
Como con todos los contenidos de e-learning que creas, tienes que marcarte un objetivo para la formación antes de ponerte manos a la obra. En el caso del microaprendizaje, la diferencia estriba en que el objetivo del contenido desarrollado es único y lo más específico posible. Debes saber exactamente qué conocimientos o habilidades quieres trasladar a tus estudiantes en el curso, así no solo agilizarás el proceso de creación de microaprendizaje, sino que también evitarás la incorporación de contenido irrelevante.
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Elabora contenido conciso
El microaprendizaje es breve por definición. ¿Cómo de breve? Los estudios apuntan que, para resultar eficaz, debe durar entre dos y siete minutos. No obstante, puesto que la capacidad de atención está muy mermada, no hay garantías de que los estudiantes lleguen hasta el final del contenido, aunque solo dure unos minutos. Dada esta circunstancia, a la hora de crear material de microaprendizaje, conviene asegurarse de que una lectura en diagonal del contenido permitirá a los estudiantes quedarse con las ideas principales. Esto es especialmente útil si usas el microaprendizaje para formar en competencias sociales, ya que los empleados podrán poner en práctica lo aprendido tan pronto como acaben el curso.
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Usa ejemplos cotidianos
Si el tema es nuevo para los estudiantes, incorpora ejemplos con los que se puedan identificar y que les permitan sacar sus propias conclusiones. Puedes recurrir a situaciones de la vida real que los estudiantes se encontrarán durante el desempeño de su trabajo. Así no solo podrán aplicar lo aprendido en su día a día, sino que también afianzarán mejor los conocimientos.
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Emplea un tono cercano y directo
Si usas un tono conversacional que refleje la forma de hablar los estudiantes, estos conectarán mejor con el contenido. Te recomendamos redactar el contenido de microaprendizaje con una voz activa, de modo que las ideas calen mejor y los estudiantes saquen conclusiones y retengan la información más fácilmente.
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Procura que sea estimulante
El contenido tiene que ser breve y conciso, pero eso no basta para mantener el interés de los estudiantes. Puedes hacerlo más atractivo combinando el texto con imágenes llamativas o elementos interactivos. También puedes usar un formato más original, como el vídeo. Los vídeos apelan a los sentidos visual y auditivo, creando así una experiencia multisensorial que favorece la retención de estudiantes.